Más que cuentos: La literatura infantil como puente hacia la educación socioemocional
En los primeros años de vida, los niños desarrollan las bases de su identidad, su lenguaje emocional y sus capacidades para autorregularse, comprender al otro y construir relaciones sanas. ¿Sabías que los cuentos infantiles pueden ser una de las herramientas más poderosas para acompañar este proceso?
En Kay Community, creemos que la lectura no solo es una práctica educativa, sino un acto emocional. Cuando leemos con un niño, lo sostenemos emocionalmente. Creamos un espacio de presencia, contención y conexión donde los libros se convierten en un puente entre el mundo interno del niño y el mundo que lo rodea.
Literatura infantil y alfabetización emocional
Un niño no puede gestionar lo que no puede nombrar. La literatura ofrece un vocabulario emocional que, muchas veces, no está presente en las conversaciones cotidianas. Los cuentos permiten que los niños:
Identifiquen y den nombre a sus emociones (rabia, miedo, frustración, orgullo…).
Comprendan que todas las emociones son válidas y tienen una función.
Encuentren formas de resolver conflictos y calmarse de manera empática.
Se conecten con personajes que también sienten y atraviesan dificultades, lo que fomenta el desarrollo de la empatía y una mayor consciencia emocional. Esto les permite comprender mejor la situación presentada en la historia y relacionarla con experiencias de su vida cotidiana
Por su carácter lúdico y narrativo, los cuentos facilitan la comprensión de comportamientos sociales esperados, como las normas de cortesía y la convivencia respetuosa. Además, actúan como un canal seguro y efectivo para abordar situaciones cargadas de emociones complejas, difíciles de comprender y gestionar en la infancia. Temas como la pérdida, el duelo, el miedo nocturno, los cambios de rutina, la llegada de nuevos hermanos, el divorcio de los padres o una mudanza pueden ser explorados a través de la literatura infantil, permitiendo al niño identificarse, elaborar lo vivido y encontrar herramientas emocionales para afrontarlo.
El poder del vínculo en la lectura compartida
El espacio de lectura es también un espacio de vínculo. El niño no solo escucha palabras: se siente mirado, acompañado, sostenido emocionalmente.
¿Recuerdas tu primer libro? ¿Cómo era? ¿Quién te lo leyó? Tómate un momento para conectar con esa memoria. Tal vez fue una historia sencilla antes de dormir, una canción rimada, o un cuento compartido en el regazo de alguien que te amaba. Esas primeras experiencias no solo nos acercan a las palabras: nos acercan al otro. La lectura compartida crea un lazo afectivo poderoso entre el niño y el adulto que acompaña. No se trata solo de leer, sino de estar presentes, de hacerle sentir al niño que lo que vive, lo que siente y lo que imagina, importa. Cuando un adulto lee con ternura, el libro se convierte en un puente de vínculo, seguridad y amor.
Neuroplasticidad y cuentos: lo que se repite, se fortalece
“Cada vez que nombramos una emoción, ayudamos al cerebro del niño a organizarla y reducir su intensidad.”
— Dr. Daniel J. Siegel, neuropsiquiatra y autor de El cerebro del niño
La neurociencia afectiva y del desarrollo ha demostrado que la experiencia emocional de la infancia moldea el cerebro en formación. Durante los primeros 7 años de vida, el cerebro infantil está en pleno desarrollo, especialmente las áreas relacionadas con la regulación emocional, la empatía y la comprensión del lenguaje.
Cuando una familia o un aula leen cuentos de forma constante, en voz alta mientras se mantiene contacto visual, se nombra lo que sienten los personajes y se valida lo que siente el niño, activa el sistema límbico, área clave para las emociones, y refuerza el vínculo entre adulto y niño, generando seguridad emocion, empatía, el autocontrol y la resiliencia.
Por eso, leer cuentos no es solo un momento bonito antes de dormir: es una intervención emocional profunda que fortalece el desarrollo integral.
Cómo usar los cuentos como herramienta emocional
Aquí algunas sugerencias prácticas para familias y docentes:
✅ Crea rituales de lectura: por la noche, luego de una situación difícil o como parte de la rutina del aula.
✅ Usa tu voz y expresión emocional al leer: dramatiza con intención.
✅ Haz pausas y preguntas reflexivas: “¿Tú también te has sentido así?” “¿Qué crees que hizo bien el personaje para calmarse?”
✅ Relaciona el cuento con vivencias reales del niño.
✅ Crea un rincón de emociones con libros, peluches y tarjetas de sentimientos.
📘 Libros recomendados que abren puertas emocionales para los más pequeños de la casa
¡Fuera de aquí, horrible monstruo verde! – Ed Emberley
Ideal para trabajar el miedo y el empoderamiento emocional en edades tempranas (2-6 años). El niño ve cómo el monstruo aparece… y luego aprende a hacerlo desaparecer. Es una manera lúdica de enseñar que los miedos pueden enfrentarse y transformarse.
Así me siento yo – Janan Cain
Una guía emocional en forma de cuento, que ayuda al niño a identificar diferentes emociones, entender sus causas y validar lo que siente. Cada emoción se presenta con colores, metáforas y frases sencillas que facilitan la alfabetización emocional desde la primera infancia.
Tengo un volcán – Míriam Tirado
Un libro sobre la ira y la gestión del enfado, sugerido para niños de 5 a 8 años de edad, contado desde la metáfora de un volcán interior. Incluye ejercicios de respiración para calmar el “volcán” y está escrito por una autora especializada en crianza consciente.